10 hábitos que frenan tu potencial (1° Parte)
La solución siempre está en tu mentalidad, no fuera de ella
Hace bastante tiempo tuve la suerte de equivocarme tantas veces que solo hoy día puedo terminar de comprender que todo fue necesario.
La enorme ventaja que tenemos los más adultos es que hemos vivido lo suficiente para rescatar aprendizajes y cimentar nuestros valores.
Un joven que recién empieza el camino de la vida, no tendrá suficiente experiencia de la cual aprender.
Por suerte existe lo que se llama internet, la fuente infinita de información valiosa (si sabes buscar correctamente).
Te comparto un listado simple y potente de malos hábitos que frenan tu potencial:
He divido los 10 hábitos en dos publicaciones. Hoy te entrego los 5 primeros. En la próxima publicación, los 5 restantes.
1. Quejarse incesantemente
Quejarse ayuda. Y antes de que digas que no, sigue leyendo.
Todos tenemos un plan. Queremos que funcione. ¿Qué sucede cuando no salen las cosas como esperamos? Nos molestamos, nos entristecemos, o nos quejamos.
Es válido. Es natural. Es necesario.
Prefiero mil veces quejarme que quedarme callado y reprimir esa emoción por la idea de “quejarse es malo”.
El problema es cuando lo único que haces es quejarte.
Está bien que te molestes cuando no se da lo que esperas.
Exprésate, pero no te quedes allí. Piensa en tus siguientes acciones, en cómo darle la vuelta a la situación. No permitas que esto te frene ni que arruine tu día.
El mundo está dividido entre los que se quejan y actúan, y los que se quejan incesantemente. Te sugiero ser del primer grupo.
2. Caer en las trampas de la productividad
Quizás no soy el único que ha sentido culpa al momento de descansar.
Termina mi turno de trabajo y busco distraerme, pero inmediatamente pienso en los cursos o certificaciones que podría estar estudiando en lugar de relajarme.
Llega el fin de semana y podría salir a caminar y comprarme un videojuego para disfrutar con mis hermanos. De repente llega a mi mente la idea pagar un curso que podría sumar a mi desarrollo profesional.
Hay una cultura del ajetreo que por muchos años nos han invadido la mente. La idea de ser tan productivos como una máquina es “bien visto” por la sociedad.
La idea obsesionada por ser productivos el 100% del tiempo, paradógicamente perjudica nuestra productividad porque nunca separamos tiempo para el descanso.
Olvidamos que somos humanos y creemos que somos máquinas.
Descansa. Tu cuerpo y tu mente lo necesitan.
3. Decir sí a todo
Solemos darle más importancia las prioridades de otros que las nuestras. Como tenemos control de nuestros tiempos, es más sencillo postergar nuestros planes.
La causa más común por la que aceptamos todos los pedidos es por no defraudarlos.
Otra causa es por culpa. Sentimos que somos los únicos que podemos asumir el favor, y si no lo aceptamos, ellos se verán perjudicados. Por lo tanto, sería nuestra culpa.
Es una idea absurda cuando lo ves objetivamente, pero es una realidad cotidiana de la que no estás consciente en ese instante.
Te sugiero abandonar esa y todas las ideas que no te permiten ser libre. Tú sabes muy bien qué cosas te hacen sentir atrapado y que por ideas equivocadas aceptas compromisos que no deseas.
4. Glorificar las cosas equivocadas
Solía ver con gran admiración a los que estudiaban una especialización tras otra, terminaban un libro e inmediatamente leían otro, dormían poco, producían mucho. Siempre tenían algo que hacer. Literal, eran unas máquinas.
Con los años, las cosas cambiaron. Lo que ahora admiro son cosas más simples: dormir 8 horas, llamar a la familia más seguido, tener (mucho) tiempo libre, escribir en un diario, invertir en tu crecimiento personal (además del profesional).
Hoy en día, los temas relacionados con el bienestar, cuidado personal y mentalidad han tomado mayor relevancia. Y con justa razón.
Para sobrevivir en este mundo necesitas de una sola herramienta: una fuerte mentalidad.
Todo nace allí.
Todo se renueva allí.
Todo lo posible surge de allí.
Por lo tanto, nutre apropiadamente tu mente y su sistema de valores.
5. Seguir los consejos de todo el mundo
¿Por qué cuando sigues los pasos que otros tomaron, no tienes los mismos resultados?
Podrías decir, “porque no somos igual de buenos”.
Quizás sí, quizás no. Pero lo cierto es que ninguna persona es igual a otra.
Intenta ahora escalar esta idea:
-No sentimos lo mismo.
-No todos pensamos igual.
-No tenemos los mismos deseos.
-No tuvimos las mismas experiencias.
-No nacimos en las mismas circunstancias.
Entonces, ¿por qué crees que seguir los mismos pasos o consejos que otros recibieron, te llevarían a los mismos resultados?
La vida no es un sistema de pasos. En ninguna parte está escrito que si hacemos esto recibiremos aquello. Este es un concepto inventado por el hombre para sentir que tiene control sobre las cosas.
La verdad es que nada está dicho, nada está garantizado. Puedes tomar como referencia la vida de otros, pero en definitiva lo que suceda en tu vida depende enteramente de lo que hagas tú.
No tomes al pie de la letra los pasos que otros tomaron. Filtra lo que te ayude, intenta otros caminos, prueba otras formas.
Las herramientas son las mismas para todos. Aquí sí podrías seguir al pie de la letra las guías. Pero en temas de mentalidad, de esfuerzo, de disciplina, es un concepto único para cada persona.
Crea tu propio camino.
En la próxima publicación te comparto los 5 hábitos restantes.
Gracias por leer,
Rodrigo.
Excelente